Empiezo mi camino con un relato de dos mil quinientas palabras, "El vuelo de la Calandría" que presente en un reto de los foros de fantasia epica pero como cualquiera que lo lea puede suponer fue un intento fallido de historia.
Considero que subir tanto "exitos" como "fracasos" es positivo, nadie aprende a andar sin caerse y cuando se levanta es un poco más sabio, asi que para poder probarme como evoluciono, empezare con este relato:
El Vuelo de la Calandría
¡¡Maldita sea Irryl, conseguirás que te maten!! -La voz provenía del
interior del camarote, de una mujer de ojos miel y una mirada de leona
que asustaría al mas valiente de valientes, la respuesta tenia un tono
suave e inocente- Por favor Attua, no te pongas así... solo fue una
comentario inocente... -La voz resonó de nuevo, arrancando un pequeño
grito- ¡¡¿¿inocente??!! ¡¡Que te arrastren los vientos del trópico!!
¡¡Le insultaste delante de sus hombres!! ¿¿Que esperabas que haría??
¿¿dedicarte una reverencia??
<Todavía recordaba aquel enfrentamiento, todo sucedió hacia tres lunas, cuando navegaban guiados por las corrientes de los vientos del este se encontraron con una aeronave, a la que identificaron como la “Valiente”, navío del veterano capitán Loedo Restar, viejo conocido por su afán por las mujeres y su falta de modales.
Las dos naves se detuvieron la una junto a la otra, manteniendo una distancia de seguridad suficiente para que los globos de helio no entrechocaran, sino la estructura de placas de metal que los protegían provocaría una desgracia, tres personas, Attua, Shygla y él subieron a bordo de la “Valiente” y fueron recibidos por el capitán y sus hombres, gentes que vestían tan mal como olían.
Intercambiaron noticias ya que no tenían telégrafo inalambrico, la “Aurora” se encontraba apostada en los astilleros de la isla del cielo y su capitán, Zendrall Vallois había reclamado la presencia de las naves de la zona pues se iba a realizar un concilio de la fraternidad y debatirían asuntos importantes.
Los hombres de ese bastardo del guardián imperial de los cielos, Tressau Erminst, habían aumentado las patrullas por la ruta de occidente, pensando que así mejoraría la seguridad de sus navíos -todavía recordaba la sonrisa perturbadora en los labios de Restar cuando relataba lo equivocado que estaba- el navegante indico que el barómetro preveía una tormenta cercana.
Todo transcurrió con normalidad hasta que Restar obsequio a Attua con una mirada depredadora y unos comentarios muy poco apropiados para una señorita, fue Irryl quien le respondió.
“Yo que creía que a tu edad no podrías levantar ni una espada” -acompaño sus palabras de una sonrisa burlona- “¿No sería mejor pagar a un mancebo fuerte para que te haga disfrutar, que perder el tiempo con mujeres que ni siquiera puedes complacer...?”
Y si algo descubrió ese día, es que el veterano capitán no tenia sentido del humor.>
¡¡BARCO A LA VISTAAA!!
El grito interrumpió sus recuerdos, Irryl salio del camarote, llevando unas gafas de aviador colgando al cuello, una gabardina gris echada por encima sin abrochar, dejando a la vista heridas viejas y nuevas que recorrían a lo largo de un pecho definido, unos pantalones caqui y unas botas negras terminaban de complementar su indumentaria, a paso rápido subió al puente donde Drarr, vestido con una camiseta blanca y un pantalón de cuero peleaba amistosamente con el timón, intentando mantener las hélices en la dirección adecuada.
¿Tienes idea de quienes son? -los ojos caoba de Irryl se dirigieron interesados a la nave cuya silueta se perfilaba en el horizonte- No llevan bandera alguna, aunque parece un transporte del imperio sin cañones... -Irryl le dedico una sonrisa cómplice, confiando en la aguda vista del mulato bajando del puente llamo a gritos.
¡¡CREN!! ¡¡SHYGLA!! ¡¡MOVED EL CULO AQUI ARRIBA Y TRAED EL AUDIO-FARO!! -Irryl dedico una mirada a su alrededor y pudo ver a los hermanos Mersill, Jesmort y Hemmihe en cubierta como dejaban de atender al cañón averiado, dedicándole una sonrisa a algo tras el, sintió un escalofrió antes de oír la voz de Attua- ¡¡Ni se te ocurra hijo de mil padres!!
<Todavía recordaba aquel enfrentamiento, todo sucedió hacia tres lunas, cuando navegaban guiados por las corrientes de los vientos del este se encontraron con una aeronave, a la que identificaron como la “Valiente”, navío del veterano capitán Loedo Restar, viejo conocido por su afán por las mujeres y su falta de modales.
Las dos naves se detuvieron la una junto a la otra, manteniendo una distancia de seguridad suficiente para que los globos de helio no entrechocaran, sino la estructura de placas de metal que los protegían provocaría una desgracia, tres personas, Attua, Shygla y él subieron a bordo de la “Valiente” y fueron recibidos por el capitán y sus hombres, gentes que vestían tan mal como olían.
Intercambiaron noticias ya que no tenían telégrafo inalambrico, la “Aurora” se encontraba apostada en los astilleros de la isla del cielo y su capitán, Zendrall Vallois había reclamado la presencia de las naves de la zona pues se iba a realizar un concilio de la fraternidad y debatirían asuntos importantes.
Los hombres de ese bastardo del guardián imperial de los cielos, Tressau Erminst, habían aumentado las patrullas por la ruta de occidente, pensando que así mejoraría la seguridad de sus navíos -todavía recordaba la sonrisa perturbadora en los labios de Restar cuando relataba lo equivocado que estaba- el navegante indico que el barómetro preveía una tormenta cercana.
Todo transcurrió con normalidad hasta que Restar obsequio a Attua con una mirada depredadora y unos comentarios muy poco apropiados para una señorita, fue Irryl quien le respondió.
“Yo que creía que a tu edad no podrías levantar ni una espada” -acompaño sus palabras de una sonrisa burlona- “¿No sería mejor pagar a un mancebo fuerte para que te haga disfrutar, que perder el tiempo con mujeres que ni siquiera puedes complacer...?”
Y si algo descubrió ese día, es que el veterano capitán no tenia sentido del humor.>
¡¡BARCO A LA VISTAAA!!
El grito interrumpió sus recuerdos, Irryl salio del camarote, llevando unas gafas de aviador colgando al cuello, una gabardina gris echada por encima sin abrochar, dejando a la vista heridas viejas y nuevas que recorrían a lo largo de un pecho definido, unos pantalones caqui y unas botas negras terminaban de complementar su indumentaria, a paso rápido subió al puente donde Drarr, vestido con una camiseta blanca y un pantalón de cuero peleaba amistosamente con el timón, intentando mantener las hélices en la dirección adecuada.
¿Tienes idea de quienes son? -los ojos caoba de Irryl se dirigieron interesados a la nave cuya silueta se perfilaba en el horizonte- No llevan bandera alguna, aunque parece un transporte del imperio sin cañones... -Irryl le dedico una sonrisa cómplice, confiando en la aguda vista del mulato bajando del puente llamo a gritos.
¡¡CREN!! ¡¡SHYGLA!! ¡¡MOVED EL CULO AQUI ARRIBA Y TRAED EL AUDIO-FARO!! -Irryl dedico una mirada a su alrededor y pudo ver a los hermanos Mersill, Jesmort y Hemmihe en cubierta como dejaban de atender al cañón averiado, dedicándole una sonrisa a algo tras el, sintió un escalofrió antes de oír la voz de Attua- ¡¡Ni se te ocurra hijo de mil padres!!
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“¡Malditos audio-faros!” -bufó para si el Capitán Grigori mientras oteaba a la nave cada vez más cercana, a su lado, un veterano volador “moreno” qué respondía al nombre de Zinke aferraba el timón con sus manos, intentando inútilmente maniobrar entre las explosiones cercanas.
Esos perros sin honor se habían identificado mediante la opertura de concierto de MacFarren -pensaba para si- engañando vilmente tanto a Grigori como el resto de la tripulación, haciéndoles creer qué pertenecían al gremio de comerciantes de las tierras bajas.
“¿Qué sucede capitán?” -El hombre qué hablaba no era otro qué Thomas Irek, Sargento de las tropas de su majestad que parecía haber salido de su camarote apresuradamente- “¿¿No lo ve usted mismo?? ¡¡Intentan asaltarnos!!” -Otra nueva explosión cayo a poco más de tres metros del globo de helio, golpeando varias esquirlas al contrachapado de acero- “¡MORENO INUTIL!“ -dijo con desprecio- “¡NO SEAS ESTUPIDO JODER! ¡¡un mal movimiento y nos condenas a todos!!”
Ignorando las torpes disculpas del mulato agarro al sargento del brazo para llevarle a proa, allí le dio el visor de diez aumentos, el sargento tomo el visor y ajusto las miras superponiéndolas para enfocar la cubierta de la aeronave, viendo a uno de esos despreciables morenos se afanaba a las cuerdas que sujetaban el globo de helio mientras restallaban las explosiones que indicaban el disparo de una nueva carga.
“Diría qué están a tres millas de distancia y descontando” -Menciono Grigori con las manos en la cintura y contemplando pensativo al navío qué se acercaba, la voz de Irek adquirió un tono serio- “¿Rebeldes?”- Grigori mantuvo la mirada en la nave cercana- “Posiblemente, deben pertenecer a la fraternidad de los cielos” -Irek suspiro mientras apartaba la mirada del visor- “Idealistas luchadores que no saben aceptar la derrota” -Un suspiro acompaño a sus palabras, su mente comenzó a pensar- “Haga qué los señores de la Villier sean llevados a lugar seguro” -cuando se dio media vuelta para dirigirse a sus hombres se encontró con la curiosa mirada de la señora Villier- “¿De qué mal debemos ser resguardados? “
Su voz era suave y elegante dejando al sargento impresionado y no solo por eso, vestía un traje largo azul marino con volantes de colores verdosos qué no dejaban ver ni siquiera los pies, una sombrilla a juego con el vestido protegía del viento el peinado de su pelo caoba, un moño cuidadosamente preparado qué colgaba a un lado de su cuello decorado con una joya en forma de estrella de esmeraldas.
Junto a ella se encontraba el señor Villier, de pantalones negros, camisa blanca de manga larga y sobre esta un chaleco negro recorrido por multitud de filigranas blancas, su pelo corto y bien peinado destacaba casi más que el ridículo bigote negruzco qué cubría sus labios, un anteojo de bronce qué llevaba sobre su ojo izquierdo parecía darle aspecto de letrado, caminaba con estilo portando un bastón de madera de roble de poco más de de una vara que aferraba fuertemente y una media capa envolvía sus hombros ondeando al viento.
Sus ojos dorados parecían haber reparado en el lejano barco qué se acercaba y un extraño brillo aparecía en ellos “¿seria curiosidad?” Se pregunto a si mismo Irek.
Se produjo otra explosión cercana y mientras cualquier noble se quedaría ocultos en la bodega de la nave temerosos de lo qué podría estar por venir, aquellos dos permanecían desafiantes en cubierta, contemplando las sacudidas del navío sin inmutarse siquiera.
“Discutir sera inútil” -Se dijo para si Irek- “Como quieran, quédense en el puente y tengan cuidado.”
Fue lo ultimo que dijo antes de marcharse con sus hombres.
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Attua terminaba de amarrar la mochila de impulsivo a los hombros y cintura de Jesmort,ella sabia que las mochilas llevarían a Irryl y a los otros cinco miembros de la calandría en pocos segundos hasta la brisa nevada, tiempo que debían aprovechar para maniobrar y elegir un objetivo mientras Drarr y ella se encargarían de cubrirles, para ello media docena de rifles de repetición estaban repartidos por la cubierta evitando con ello desperdiciar tiempo recargando, alguien se detuvo a su lado llamando su atención.
“Hoy hace un día estupendo” -dijo Cren esbozando una sonrisa frente a ella- “Estaba deseando probar estos cachivaches del viejo Randall” -Attua le dedico una mirada cariñosa- “Asegurate de no emocionarte y estamparte contra el globo prefiero teneros de vuelta enteros o me tocara cuidaros” -El mulato reviso las correas que sujetaban la mochila a sus hombros antes de responder- “Hemos hecho esto cientos de veces enana, si quisiera podría hacerlo con los ojos cerrados” -Ella dejo bien amarrada la mochila a Jesmort y se acerco a el, dándole un beso con cariño en la mejilla- “Ya lo se viejales pero eso no implica que no me preocupe por vosotros...”
“¿Eso me incluye a mi también? ¡Que amable!” -Irryl apareció por detrás de ella guiñando un ojo a Cren- “Por mi como si te caes del barco ¡idiota!” -Tras sus palabras la muchacha bufo enfadada y se marcho a comprobar el equipo del resto de la tripulación. Cren se acercó a Irryl y le dio unas palmadas en el hombro- “Normal que se enfade nunca la dejas participar en los asaltos...” -Esta vez Irryl no sonrió, respondiendo serio mientras la observaba moviéndose por cubierta- “Como si fuera a dejar que la matasen.”
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El rumbo de los navíos se cruzaron y en ese momento los piratas accionaron los paquetes de compresión de las mochilas, lanzándose sobre la Brisa Nevada en medio de un griterío y del rugido de los mecanismos, Shygla, Jesmort y Hemmihe saltaron sobre cubierta mientras Cren, Irryl y Brima eligieron el puente como objetivo, debían detener la nave antes de que pudieran escapar.
Les estaban esperando mas de una docena de soldados, comenzó el intercambio de disparos, Drarr y Attua descargaron una lluvia de muerte sobre la cubierta mientras los soldados respondían al fuego.
Shygla recibió un impacto en el hombro y Hemmihe recibió un rasguño en su rostro dejando una linea de sangre, respondieron al fuego con sus pistolas de asalto, piezas de alto calibre con tres disparos capaces de atravesar el acero a tres pasos.
Tres soldados se desplomaron en cubierta agarrando desesperados los agujeros que las balas habían hecho gracias a la puntería de Drarr y Attua, sin perder tiempo los piratas se lanzaron contra los soldados ferozmente, con el odio dibujado en sus ojos, Shygla esquivo un golpe de bayoneta en respuesta a su carga, golpeando el rostro del soldado con la culata de una de sus armas y con la otra ponía una bala en su estomago, lanzándose a continuación a por el siguiente, Jesmort y Hemmihe por su parte intercambiaban golpes de espada contra cuatro soldados, casi parecía que danzaban un baile que solo ellos conocían aunque Jesmort “bailaba” un tanto descordinado, tan pronto Hemmihe lanzaba un tajo como Jesmort detenía un ataque en respuesta contra Hemmihe, Shygla dejo de preocuparse de ellos cuando vio a dos soldados apuntándole con sus armas y disparar.
Irryl aterrizo en el puente, siendo recibido por un disparo que logro esquivar pero quedo a merced de una patada en el estomago del tipo que vestía un uniforme que a juzgar por los distintivos y filigranas debía ser el mandamas del navío, desvió el filo de la espada que buscaba su garganta con el cañón de la pistola y trato de alcanzar su abdomen con el filo, el imperial retrocedió haciéndole perder unos segundos que aprovechó para ponerse en pie y lanzarse de nuevo al ataque.
Cren por su parte se encontró con un soldado, el capitán de la nave y otro mulato controlando las palancas del motor y el timón del navío, su objetivo.
El soldado intento dispararle, fue demasiado lento, Drarr le derribo dejando a Cren frente al capitán y el hombre del timón, el capitán trato de decir algo pero recibió un golpe en plena cara con el arma dejandole inconsciente, el mulato le miro suplicante y con un movimiento le aparto, echando mano a las palancas detuvo la nave, disparo al sargento por la espada derribandolo y apartándolo del capitán.
Brima vio a un noble con un bigote ridículo apoyado en un bastón y a una dama con una sombrilla bellamente decorada, también vio la joya de su pelo tratando de tomarla, solo alcanzo a ver el bastón cuando golpeo su rostro, acompañado de un movimiento perfecto lo lanzo al suelo colocando el filo oculto dentro en su garganta sujetando en su otra mano el resto del bastón.
En cubierta las cosas no iban mucho mejor, Shygla había logrado esquivar los disparos gracias a un salto por la borda de la nave, sujetándose a los cables forrados de baquelita, usando el impulso para lanzarse contra uno de los soldados mientras el otro erraba un nuevo disparo, consiguió acabar con ellos con un par rápidos tajos, un grito atrajo su atención, Hemmihe, poseído por una furia asesina lanzaba juramentos, estocadas y golpes por doquier, tres soldados se interponían entre él y su hermano que se había derrumbado sobre la cubierta.
Gasto su último disparo intentando acertar a uno de los soldados y aunque no le dio permitió distraerle un momento para que hemmihe le rajara el estomago, los otros dos guardias cayeron también con unas heridas que nada tendrían que envidiar a las de un enojado capitán Restar.
Se acercaron corriendo al desfallecido cuerpo de Jesmort y vieron como una mancha escarlata proveniente de su pecho manchaba la cubierta, durante el salto le habían alcanzado de lleno y aunque había aguantado de manera sobresaliente ya había sobrepasado su limite, con sus ultimas fuerzas dedico un susurro a su hermano que Shygla no pudo escuchar antes de que cerrara los ojos para siempre.
Un ruido ensordecedor llegó a sus oídos procedente de la bodega, algo se había puesto en marcha y se acercaba, de improviso la cubierta estalló en el aire y una forma humanoide de casi tres metros de altura emergió de sus entrañas.
“¡¡¡GOLIATH!!!”
Fue lo único que pudo gritar Shygla cuando vio al gigantesco autómata cubierto por varias capas de metal oscurecido, pistones hidráulicos y engranajes que excretaba un vapor negruzco por cuatro toberas alojadas en su espalda, dándole un aspecto siniestro y temible.
La monstruosidad extendió uno de sus brazos descargando numerosos proyectiles donde segundos antes estaba Shygla, quien lanzándose a un lado evito la mayor parte del fuego, la criatura le ignoró y volvió a apuntar a los hermanos.
Esta vez algo golpeó a la criatura desestabilizandola, Irryl había saltado sobre ella, agarrándose a una de las toberas e ignorando el dolor que la temperatura causaba le dio una patada en un costado atrayendo sobre si la atención de la criatura que con un fuerte movimiento lo lanzo al suelo.
Se miraron a los ojos el uno al otro, y a pesar de ocultar el rostro con un caperuza de metal pudo ver unos ojos muy humanos llenos de odio, Irryl no dudó y disparó en el rostro de la criatura dos veces, esta profirió un grito inhumano mientras los engranajes chasqueaban y propinó un revés con el brazo metálico dejandole en el suelo, escupiendo sangre y con el dolor de dos costillas rotas, al menos.
Lo último que vio antes de que sus ojos se cerraran fue al autómata extender el brazo hacia él.
